“La única razón por la cual en Colombia no se cuentan más detalles del conflicto es porque no hay tiempo. Si nos dedicáramos a contar la guerra tal cual es, tendríamos noticieros de una hora llenos de violencia. A la gente hay que darle también deportes y entretenimiento porque es lo que más gusta” dice Barragán, quien confiesa sentirse ofendido cuando se le pregunta por las cosas que callan los periodistas. “Si hemos dejado de contar algo ha sido por errores en el enfoque, por fijar la atención en el lugar equivocado. Contamos todo lo que sabemos, es nuestra política” asegura Ardila sobre los criterios de noticiabilidad que manejan actualmente los medios en Colombia. Sin embargo, no todos en el gremio están totalmente conformes con el papel de éste en la lucha armada. “El problema está en que el periodismo indujo a  una lógica, quizá inconscientemente,  de mostrar la crudeza de la guerra, e incorporarla a la cotidianidad. Esto inicia en las salas de redacción y alcanza el entretenimiento: las “narconovelas” hacen de lo horrible algo natural de nuestra cultura”. Gregorio Pérez, quien ha estado en diecisiete tomas guerrilleras y nueve masacres paramilitares, señala a los medios de tener parte en la indiferencia y apatía de un sector del país hacia el más golpeado de éste, y de vender en el plano internacional una Colombia sangrienta. “Algo a lo que no se le da tanta importancia en Europa como se cree en Colombia. Tal y como sucede con el tema romántico en torno a las guerrillas. En Francia ya no hay tanta simpatía hacia las Farc, ya no las ven como la encarnación del proyecto revolucionario latinoamericano” según Zygel. 

 

Para Pérez “hasta que las salas de redacción no se ven sacudidas por la violencia, son frías, inhumanas. Se limitan a transmitir imágenes sin análisis alguno. Darle una hora de televisión a alias ¨Popeye¨ es construir un país equivocado”. “En esto no se trata de elegir. Nos toca mostrar lo que hay. Hace treinta años era mucho más sencillo contar el conflicto: se alquilaba un helicóptero, en un par de horas se llegaba al lugar de la toma y había noticia. Hoy la dinámica de la guerra es muy distinta y la información hay que estructurarla desde otros ángulos” dice Juan Guillermo Mercado, periodista de El Tiempo, a nombre de la nueva generación de comunicadores. “La escuela latinoamericana, que incluye los periodistas que están naciendo en esto, debe caracterizarse por contar la guerra desde las víctimas”, resume Gómez. “Informar educando. Informar teniendo en cuenta que el obrero y el estudiante quieren entender el país y construir uno mejor; y que están hartos de la misma sangre, los mismos goles y los mismos culos que les imponen en los medios masivos” resume Pérez